La obsesión por guardar cosas…

Post date: abril 02, 2017 | Category: Edicion

El siguiente es una entrevista de Jesús Pacheco del periódico mexicano Reforma, a Randy O. Frost co-autor del libro «Compulsive Hoarding and the Meaning of Things» (El acaparamiento compulsivo y el significado de las cosas), he considerado de suma importancia, transcribir en nuestro blog la entrevista íntegra (dando el crédito correspondiente al periódico Reforma y a Jesús Pacheco por supuesto) debido a que por tratarse de un desorden psicológico, de relativo y reciente descubrimiento, es esencial lo divulguemos para que las personas que padecen esta condición, así como amigos y familiares sepan a qué se están enfrentando y puedan tratar a estas personas de manera oportuna, ya que como leeremos puede tener consecuencias fatales.

 

De mayor importancia para nosotros, reviste el hecho de que este problema se presenta con mayor frecuencia en personas muy creativas y/o con inclinaciones artísticas, esperamos resulte a nuestros lectores esta entrevista interesante y reveladora, y sobre todo que pueda contribuir a mejorar la calidad de vida de más personas.

 

Editora Interiorgráfico.

foto:wikipedia «Colpulsive hoarding»

Acontinuación la entrevista del Periódico Reforma publicada el 5 de diciembre de 2010…

«Atrapados por su obsesión

Frost define la acumulación como una combinación de tres problemas: la adquisición excesiva, la dificultad para desechar y el desorden

Jesús Pacheco

Ciudad de México  (5 diciembre 2010).- Cierto día, Randy O. Frost daba una clase sobre desórdenes obsesivo-compulsivos en el Smith College de Massachusetts cuando una de sus alumnas le preguntó sobre la acumulación.

La chica había crecido en Nueva York, y su madre solía contar cada que tenía oportunidad la historia de los hermanos Collyier, un caso famoso de acumulación sucedido en los años 40.

Frost no sabía nada del tema, pero pronto se dispuso a buscar información para resolver las dudas de su alumna. Descubrió que prácticamente no había nada escrito. Decidió poner un anuncio en el periódico para ver si podía dar con alguien que tuviera ese problema para entrevistarlo. Para su sorpresa, recibió más de 100 llamadas.

«Eso me obligó a ponerme a estudiar esta interesante conducta», explica en entrevista.

Hoy, Frost no sólo puede definirla con precisión como una combinación de tres problemas que se interrelacionan: la adquisición excesiva, la dificultad para desechar y el desorden o la desorganización, sino que incluso fue coautor, junto a Gail Steketee, de Stuff. Compulsive Hoarding and the Meaning of Things (Houghton Mifflin Harcourt, 2010), un libro entero sobre el tema, que es citado como el primero en explorar un desorden que afecta a unos 6 millones de personas.

Ambos han sido invitados a numerosos programas de televisión y a dar conferencias alrededor del mundo sobre esa conducta que puede llevar a una persona a convertir su casa en un auténtico muladar y que puede hablar en ocasiones de una creatividad exacerbada, pero fuera de control.

Frost admite que aún no se sabe con exactitud qué provoca la acumulación compulsiva, pero se saben ya algunas cosas que podrían contribuir a desarrollarla.
«Antes que nada», explica, «la acumulación ocurre en un núcleo familiar, y hay algunas pruebas de que la tendencia podría ser transmitida genéticamente, por lo menos en parte.

«La segunda cosa que sabemos es que hay ciertos tipos de deficiencia al procesar información que suelen ocurrir entre quienes acumulan compulsivamente, sobre todo problemas como ADHD (trastorno por déficit de atención con hiperactividad), dificultad para clasificar objetos y problemas en la toma de decisiones».

¿Por qué resulta tan difícil para los acumuladores deshacerse de las cosas?
La dificultad parece provenir de los apegos anormalmente intensos hacia los bienes. La naturaleza de esos apegos no es muy diferente a los de quienes no acumulan, pero la intensidad, la rigidez y el alcance de estos apegos es mucho más grande. Los temas más predominantes incluyen apegos emotivos o sentimentales, creencias sobre los desechos y su utilidad, creencias estéticas, etcétera.

¿Qué diferencia a un acumulador de un coleccionista?
Aunque los coleccionistas y los acumuladores comparten ciertos rasgos, hay ciertas diferencias muy claras. Los coleccionistas tienden a limitar sus colecciones a cierto tipo de objetos, mientras que los acumuladores tienden a recolectar una variedad muy amplia de cosas. Los coleccionistas tienden a mantener organizadas sus cosas y fuera del área habitacional; los acumuladores, no. Finalmente, los coleccionistas suelen mostrar sus colecciones, mientras que los acumuladores tratan de ocultar los objetos que poseen.

¿Cuándo necesita ayuda psiquiátrica un acumulador?
La acumulación se convierte en un problema psiquiátrico cuando el nivel de desorden impide al individuo utilizar los espacios vitales de su casa en la manera en que fueron diseñados e interfiere con la capacidad de vivir. También cuando el nivel de angustia que provoca este comportamiento o sus efectos sobre quienes comparten los espacios se acentúan es un problema.

¿Entonces la acumulación no siempre es un problema?
No, la cantidad de las cosas que alguien posee no importa. Mientras esas cosas no interfieran en la forma de vida de la persona, ese comportamiento no es un problema.

¿Cuál fue el caso más perturbador que encontraste durante tu investigación sobre el tema?
Hay dos tipos de casos que son los más perturbadores: las muertes por incendios en los que la acumulación no sólo sirvió como combustible sino que bloqueó las salidas, y las rupturas familiares por la conducta del acumulador. Los hijos de acumuladores suelen pedir ayuda con desesperación. Prueban de todo, incluso desechan a la fuerza las cosas de sus seres queridos. Por lo general, el resultado es rechazo de ambos lados y una familia fracturada.

Se dice que la gente que acumula tiende a vivir la vida de manera visual y espacial, en lugar de categóricamente, como hacemos los demás. Pero el espacio de un acumulador suele ser caótico y desagradable a la vista.

¿Por qué ese caos no desagrada a los acumuladores?
Parece que la gente que acumula se habitúa a las condiciones en las que vive. Aprenden a ignorar el desorden con tanta eficacia que a veces no pueden verlo, a menos que alguien se lo señale. Es interesante que cuando mostramos a nuestros pacientes imágenes de su casa, con frecuencia no la reconocen. Ver una imagen bidimensional es como ver su hogar a través de los ojos de alguien más. Pueden ver entonces un espacio muy desordenado y caótico, pero no lo experimentan así cuando están en él.

Sé que tienes un libro completo para explicarlo, pero me gustaría saber en pocas palabras qué dice la acumulación compulsiva de una persona y de quienes le rodean.
No estoy seguro de poder decir esto de manera sucinta, pero la gente que acumula parece tener un modo muy diferente de ver el mundo físico. Ellos ponen atención al detalle de los objetos, detalles que la mayoría de nosotros pasamos por alto. Aprecian esos detalles, por eso muchos de ellos tienen orientaciones artísticas. De hecho, pueden tener una dosis extra de creatividad debido a esto, pero es creatividad fuera de control, porque no pueden usarla para hacer algo productivo.

Cuentas en el libro que una mujer te dijo algo así: «Cuando estás aquí, soy consciente del desorden, y me hace sentir fatal. Me deprimo, me veo como una persona horrible. Y cuando te vas, ya no lo noto». ¿Por qué pasa eso?
La gente parece habituarse a su entorno, y después de un rato ya no lo nota. De hecho, comienza a sentirse cómoda. Pero si alguien señala el desorden, pueden notarlo. Cuando ven sus hogares como los demás lo ven, entienden por qué los juzgan. De ahí viene el sentimiento de depresión. No pueden evitar deprimirse por haber fallado al notar el desorden.

¿Puede un acumulador llegar a convertirse en un coleccionista?
Aunque es posible, los dos son tan diferentes que es poco probable.

¿Qué aprendiste sobre la mente durante tu investigación?
Sabemos que el cerebro de quienes acumulan parece funcionar de manera diferente que el de quienes no lo hacen. Podría haber circuitos específicos en el cerebro que controlan nuestra relación con las cosas que poseemos.

¿Hay algún personaje de ficción que podamos considerar como un acumulador?
Sí, tal vez el primero sea Pliushkin, de la novela rusa Almas muertas. Varios personajes de Dickens mostraban también tendencias de acumuladores. Y quizá la primera mención a la acumulación como tal se haya dado en la Divina Comedia de Dante; el cuarto círculo del infierno estaba reservado para acumuladores y derrochadores, los pródigos y los avaros.

Reportero de El Ángel»

 Más información al respecto en

 http://en.wikipedia.org/wiki/Compulsive_hoarding